CAMINO A JERUSALÉN
Lucas 9, 51-56
Este evangelio nos narra como Jesús decidió
con firmeza y en coherencia con su enseñanza, ir a Jerusalén, a pesar de
que recorrer dicho camino significaba dificultades, cansancios, desprecios
y sobre todo su muerte. Este camino representa el cumplimiento al plan de
Dios que inaugura una nueva etapa de la historia de la salvación; se trata de
un paso hacia el Padre. Por lo que ir a Jerusalén, simboliza
la conversión que cada uno de nosotros tiene que hacer, tratando de seguir a
Jesús, sin volverse atrás. Se trata de una decisión de profundo compromiso que
como discípulos y discípulas debemos llevar a cabo y esto es
sencillamente porque Cristo cuenta contigo, para caminar junto El e ir
fermentando todos los ambientes.
Caminar en estos tiempos se hace
más difícil, sabemos que sí; las exigencias y la prisa del mundo
tienden a poner más pesado nuestro andar; las sociedades quieren
vivir de espaldas a Dios y esto complica nuestro caminar. Ahora bien, esto no
debe ser justificación para abandonar y decir no puedo, más bien debemos
continuar no importando los obstáculos, porque es
el único camino que nos lleva a la verdadera felicidad. De
ahí es pues, la importancia de vivir la experiencia de los Cursillos de
Cristiandad, ya que nos ofrece una caja de herramientas que nos ayuda a
colocar nuestros pasos en las huellas de Jesús. Podemos mencionar algunas
de esas herramientas de las cuales nos hemos valido: A) La Eucaristía,
en nuestra familia somos de opinión y así lo vivimos de que “no
hay domingo sin misa”. B) La oración al acostarnos y
levantarnos, en donde damos gracias a Dios y le entregamos nuestro pensar
y obrar. C) Reunión de comunidad, en donde nos nutrimos de nuestras
experiencias, crecemos juntos en la fe y nos apoyamos unos y otros.
Amigos
y amigas, te invitamos a que caminemos junto a Jesús, no te detengas por
los problemas que esté pasando tu familia; no te desanimes aunque no
encuentres hospitalidad; no te rindas aunque recibas duras críticas por tus
convicciones; porque nuestro objetivo debe ser llegar a la meta: JERUSALÉN.
Ángel Gomera
Lucas 9, 51-56
Ángel Gomera
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