miércoles, 5 de junio de 2024

Llegó el Día del Medio Ambiente

 


Llegó el Día del Medio Ambiente

El ¨Día Mundial del Medio Ambiente¨ es una iniciativa cargada de buenas intenciones; en donde las naciones del mundo vienen celebrando cada año, los días 5 de junio desde el año 1974 esta esperanzadora jornada de sensibilización global, con el objetivo de crear conciencia a la población mundial, dada la incidencia antropológica que tiene la centralidad del ser humano en la creación, para que se descontinue con la mala práctica y mentalidad del desprecio, la destrucción y la condena con que se ha venido tratando como si fuera un adversario peligroso nuestro medio ambiente y recursos naturales.

Como salida a revertir la problemática planteada anteriormente, la Encíclica Laudato Si ¨propone para el cuidado del ambiente, fomentar una ecología integral que busque reubicar a los seres humanos en la casa común y que le conduzca a mitigar los problemas ambientales de acuerdo como se vaya interiorizando los valores en los seres humanos, buscando sin medias tintas defender y proteger el medio ambiente, en base a la práctica de condiciones ecológicas que constituyan un pedestal idóneo para establecer una nueva relación persona – naturaleza¨.

Es que la crisis ecológica no está separada de la crisis social. Por lo tanto, la crisis social hace parte de una crisis moral, así mismo la crisis ecológica pone en juego la dignidad y la pobreza. En palabras del Papa Francisco ¨No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza¨.

Por ende, el cuidado del medio ambiente entraña la responsabilidad moral y el compromiso ciudadano de asegurar el bien común y la justicia entre las generaciones, ya que los recursos naturales con los que contamos hoy en día deben pasar a los que nos sucederán en el porvenir.

Por consiguiente, promover una sana ecología debe ser un canto global que se mantenga pegado siempre en las plataformas sociales de todos los corazones que laten bajo el influjo de la dignidad humana; y que sobretodo este colocado en la lista top como número uno en la conciencia planetaria, los 365 días del año.

Llegó este día y vuelve a interpelarnos, para que el proteger, conservar, defender el medio ambiente sea un recordar firme, progresivo y no una simple quimera, que se haga eco positivo en el comportamiento de la humanidad.

Empecemos pues, la defensa del medio ambiente poniendo frenos al avance de la sociedad del caos y las guerras en el mundo, y agigantar los pasos hacia la paz, la diplomacia pacífica y la cooperación. Demasiadas armas nucleares hay en los países, las cuales son máquinas del juicio final de la humanidad. Si la destrucción forma parte del desarrollo, perdimos el rumbo de lo racional.

Es que, si no lo cuidamos ahora, sería faltarle el respeto a la vida; si no custodiamos adecuadamente el medio ambiente, las lágrimas de nuestros ojos se extinguirán por la sequía, es decir el llanto no sería llanto; las sonrisas de nuestros labios se marchitarán por la escasez de agua; los pulmones anhelarán un suspiro de aire puro ante tanta contaminación atmosférica; los oídos explotarán por los ruidos ensordecedores que reinan más allá de los decibeles del respeto, el buen vivir y la convivencia armoniosa.

Si no actuamos ahora, soñaremos encontrar la esperanza, pero no aparecerá de color verde. Idealizáremos peinar con la mirada aquella cabellera verde que lucían las lomas y montañas, pero que lamentablemente por la radiación de la ambición y la ignorancia están calvas, agrietadas y áridas. Por eso este día anima a sembrar árboles, preservando lo que tenemos; porque reforestar y deforestar a la vez no se asimila como resultado efectivo, esto es caer penosamente en un círculo vicioso o más bien en una hipocresía ecológica.

Entender que el árbol llora en la actualidad su desdichada suerte. Quiere darnos sombra y agua, pero, se está ignorando su buena intención con talas, cortes e incendios indiscriminados por doquier. El árbol se alegra cuando escucha discursos de reforestación, pero se desilusiona rápidamente, al observar que solo fueron suspiros que provenían de retóricas huecas y diluidas.

Asimismo, anhelan con vehemencia los ríos de nuestra amada Quisqueya, ser escoltados en todos sus flancos y a lo largo de sus vitales recorridos, por bosques de galerías y manteniendo sus arenas juguetonas y purificadoras; más no por plásticos y desechos bacterianos que les disipa todo aliento de vida y de dar vida. Tampoco quieren los ríos que máquinas vampiras en su lecho les extraigan o succionen ilegal y trágicamente las arenas de su cauce vital.

En ese orden podemos observar el río Isabela, cuyo recorrido es una amalgama de tristeza y contaminación que cada día se profundiza desde el descuido y la ignorancia. Le acompaña con igual magnitud en dicho trance, el río Ozama, el cual desde su lecho brota lágrimas de desperdicios pestilentes y estertores húmedos.

En estos momentos lluvias de misericordia caen en zonas de nuestra geografía nacional, se alegran a lo mejor los ríos, tal vez los bosques; pero, esto no implica que tiremos al olvido el gran compromiso nacional de reforestar las lomas peladas, salvar nuestros ríos y no seguir permitiendo que devasten e invadan las áreas protegidas. Creemos que un poquito de amor y cuidado por nuestra casa común, vale la pena. Ser indiferentes no es opción. Seguir deteriorando el medio ambiente es una guagua en reversa o jugar a la ruleta rusa.

Finalmente, exclamamos estas frases envueltas en versos y en esperanza, como un sueño perpetuo de continuar transitando con optimismo por los caminos verdes y paradisíacos de nuestra amada República Dominicana; que nos perdamos entre sus valles relucientes, custodiados por cordilleras exuberantes. Que nos colguemos en un rayo de sol, mientras disfrutamos sus atrayentes playas sin sargazos y de sus ríos con caudales vigorosos y cristalinos. Mecernos como dominicanos en la romántica media luna de sus encantos bajo la vigilancia de un bosque frondoso y lleno de oxígeno.

 

ANGEL GOMERA

Musas sueltas entre lo romántico y divino

 


Musas sueltas entre lo romántico y divino

Una onda tropical con significativas lluvias de pétalos incide sobre la geografía garbosa y exuberante de tu ser; inundando con aromas únicas y exquisitas, los valles de tú espectacular belleza revestida de multiformes hondonadas y de un clima tórrido de emociones y suspiros.

Humedad que pone a palpitar de alegría el corazón de la tierra. Que hace sonreír con profundo frescor cada flora que aún sobrevive. Humedad que cuando llueve, le da vida efímera a ríos agonizantes que mueren de sed. Que concede vitalidad a la aridez del alma marchita por la sequía de las ambiciones desmedidas.

Vaguada de corolas que cubre tu atlas por los cuatro puntos cardinales. Vaguada apoteósica que, delineada por trazos perfectos, definen la profunda cuenca del altozano de tus alientos e ilusiones. Vaguada feliz que abre un camino holgado donde se encauza las corrientes de aquellos versos alegres que se mecen en la cuna de tus encantos.

Es que verdaderamente eres atlas de mis sentimientos radiantes. Atlas de notas y acordes musicales con aroma a café, cacao y yerba mojada de las montañas. Tú piel es un pentagrama musical, donde los poros son afines de una sinfonía perfecta. Tus ojos reflejan la pureza del mar celeste; oleajes y espumas es el toque de tu mirada. Tú boca es un caldo de alta pasión y fuego. Tus besos hacen suspirar las estrellas y renacer al alba en el horizonte de los más bellos pensamientos y recuerdos.

Brilla el sol en el alba de tu rostro angelical, perfilando con fina destreza la planicie de tu sonrisa candorosa, especial y divina. Brilla con tanta claridad, que ni las penumbras ni los olvidos pueden apagar el fulgor de tu luz crepuscular celestial. Brilla porque eres amor.

Tú latir, cuando estás cerca de mí, me alcanza suavemente con dulce fragancia y belleza; cuan si fuese una canción romántica y excelsa de amor; venciendo así, las afrentas y hostilidades de un mundo que se arrodilla cada vez más, ante la decadencia cultural y lo grotesco.

Inmigrante de tus sueños y calor eterno quiero ser; rendirme por siempre ante el rosario de tus suspiros; refrescarme con el aliento de tu boca de primavera; mojarme palmo a palmo con elixir de tu amor embriagante; y saciar toda mi sed en tu manantial perpetuo y sublime.

Mi corazón se abre ante ti como una flor. Se funden mis pensamientos como las nubes en el cielo, por tan solo escuchar el susurro de tu gracia divina. Mis arterias fluyen como manantiales de paz, al exaltar tu santo nombre. Eres luz en el laberinto de mis inquietudes.

Llueve a cántaros, intentando empapar aquellos pensamientos furtivos que se desvanecen en el extenso campo de la memoria ingrata. Llueve y mucho, pretendiendo mojar de bien la conciencia, para que no se extravíe ante tantos desaciertos y malas decisiones sin arrepentimiento.

Sensación de anhelos es escuchar el apacible sonido de tú voz.  Con suave brisa de esperanza te presentas a cada rostro afligido. Con notas armoniosas de paz te sumerges en la vorágine de los conflictos.  Eres vida que se aprecia en cada despertar.

Llegó como brisa apacible y mi corazón emite pulsaciones de gratitud, coronado por rosas, que al contarlas una a una, me lleva a disfrutar un pedazo de cielo hecho vida terrenal. Ricas bendiciones envuelven ese instante, en donde la paz crece y la felicidad se cuela por las rendijas del alma.

ANGEL GOMERA

lunes, 3 de junio de 2024

Pensamientos y frases que surgen de algo, por Angel Gomera

 


Ser fans de la oscuridad puede resultar apetitoso, atractivo y placentero, pero lamentablemente es una apuesta al absoluto fracaso. La mejor elección de un ser humano en el ejercicio de su libertad es acercarse a la luz. Sería la mejor apuesta a la felicidad y a una vida en paz.

Hay música que, combinada de manera estratégica con versos mágicos, penetran las arterias y las venas de lo sublime. (El ritmo y la armonía encuentran su camino hacia el interior del alma, Platón).

Existe una hambruna atroz de humanidad en el mundo. El mundo se encauza sin brújula a caminos, que distan del verdadero sentido de la vida. Almas espectrales deambulan fruto del odio, la violencia, las drogas, el egoísmo, las guerras, inequidad, corrupción. Es tiempo de ser luz.

Los egos corroen la dignidad de toda persona. Mientras, la humildad es perla preciosa, que refulge con sencillez, embelleciendo el interior humano. Los egos alimentan la superficialidad, pero desmorona el castillo del alma. La humildad se nutre en cada acto de bondad y amor.

Mi corazón se abre ante ti como una flor, Dios vivo. Se funden mis pensamientos como las nubes en el cielo, por tan solo escuchar el susurro de tu gracia divina. Mis arterias fluyen como manantiales de paz, al exaltar tu santo nombre. Eres luz en el laberinto de mis inquietudes.

Hoy puede ser un buen día, para cultivar la alegría más allá de lo banal; para fomentar la esperanza más allá del pesimismo; para profundizar el amor más allá de los meros placeres superficiales y fugaces; para hacer germinar el perdón más allá del odio y el resentimiento.

Curiosear con el mal, es caer en un terreno donde te hace vulnerable a las telarañas de las tinieblas. Promover la cultura de la muerte es fomentar la desesperanza y la incertidumbre. Con luz y la verdad se impulsa la esperanza en la humanidad.

Observando sucesos particulares y globales que están sucediendo en la humanidad, nos sitúa al borde de una crisis existencial. El don de la vida cada día se desprecia de manera progresiva. La indiferencia toma cuerpo, como la verdolaga en el campo, en la mente y el corazón.

Llegó octubre y mi corazón emite pulsaciones de gratitud, coronado por rosas, que al contarlas una a una, me lleva a disfrutar un pedazo de cielo hecho vida terrenal. Ricas bendiciones envuelven ese instante, en donde la paz crece y la felicidad se cuela por las rendijas del alma.

Ir postergando la respuesta idónea y saludable, que se le debe brindar a la realidad del odio; es dar cabida a que éste, haga metástasis en dañar de manera progresiva y catastrófica, la salud espiritual y hasta física. Lo terapéutico es aplicar la pedagogía del amor y el perdón.

Tú latir, cuando estás cerca de mi, me alcanza suavemente con dulce fragancia y belleza; cuan si fuese una canción romántica y excelsa de amor; venciendo así, las afrentas y hostilidades de un mundo que se arrodilla cada vez más, ante la decadencia cultural y lo grotesco.

Inmigrante de tus sueños y calor eterno quiero ser; rendirme por siempre ante el rosario de tus suspiros; refrescarme con el aliento de tu boca de primavera; mojarme palmo a palmo con elixir de tu amor embriagante; y saciar toda mi sed en tu manantial perpetuo y sublime.

Tú piel es un pentagrama musical, donde los poros son notas de una sinfonía perfecta. Tus ojos reflejan la pureza del mar celeste; oleajes y espumas es el toque de tu mirada. Tú boca es un caldo de alta pasión y fuego. Tus besos hacen suspirar las estrellas y renacer el alba.

La noche se envuelve en el silencio, humedecida por gotas de lluvia; las cuales se convierten en notas musicales al tocar la arcilla de todo ser. Corre y se escurre cada gota por las colinas y las llanuras escarpadas cubiertas de hojas, cafetales y suspiros

Llueve a cántaros, intentando empapar aquellos pensamientos furtivos que se desvanecen en el extenso campo de la memoria ingrata. Llueve y mucho, pretendiendo mojar de bien la conciencia, para que no se extravíe ante tantos desaciertos y malas decisiones sin arrepentimiento.

Brilla el sol en el alba de tu rostro angelical, perfilando con fina destreza la planicie de tu sonrisa candorosa, especial y divina. Brilla con tanta claridad, que ni las penumbras ni los olvidos pueden apagar el fulgor de tu luz crepuscular celestial. Brilla porque eres amor.

Sensación de anhelos es escuchar el apacible sonido de tú voz.  Con suave brisa de esperanza te presentas a cada rostro afligido. Con notas armoniosas de paz te sumerges en la vorágine de los conflictos.  Eres vida que se aprecia en cada despertar.

¡Levántate y anda! impulsa en tu interior ese espíritu de novedad para que rejuvenezca las praderas del corazón. Procura el verdadero ideal que te llevas a darle sentido a la vida. Fórjate como custodio de la esperanza en tu entorno, más allá de aquellos apologistas de la maldad.

Amigo que nunca falla. Que se introduce en las fuertes tormentas de la vida y da paz. Que enjuga mis lagrimas con el pañuelo de una sonrisa de aliento y esperanza. Que sale a mi encuentro en el camino de mis incertidumbres, pone escucha, comparte y me hace despertar. #Jesús

Rio Isabela, su recorrido es una amalgama de tristeza y contaminación que cada día se profundiza desde el descuido y la ignorancia. Le acompaña con igual magnitud en dicho trance, el río Ozama, el cual desde su lecho brota lágrimas de desperdicios pestilentes y estertores húmedos.

El árbol llora su desdichada suerte. Quiere darnos sombra y agua, pero, se está ignorando su buena intención con talas, cortes e incendios. El árbol se alegra cuando escucha discursos de reforestación, pero se desilusiona rápidamente, al observar que solo fueron suspiros.

La noche se envuelve en el silencio, humedecida por gotas de lluvia; las cuales se convierten en notas musicales al tocar la arcilla de todo ser. Corre y se escurre cada gota por las colinas y las llanuras escarpadas cubiertas de hojas, cafetales y suspiros.

El afán de alcanzar cosas hace que en muchas ocasiones nos olvidemos de vivir la vida. ¿De veras vale la pena sacrificarlo todo por un afán que desdice el real sentido de la vida? El estrés, la prisa, la ansiedad son ataduras de un vivir sin ser feliz. Dale vida a la cuaresma.


viernes, 17 de mayo de 2024

Votar, un compromiso cívico


 Votar, un compromiso cívico

Para la República Dominicana como Estado Social y Democrático de Derecho es apremiante entender y continuar valorando que votar es un deber cívico puntual, un compromiso ciudadano generador de esperanza y la esencia de un ejercicio democrático angular y sagrado que favorece a la construcción de una mejor visión de futuro colectivo más allá de los desafíos.

En ese orden, nuestra Carta Magna en su artículo 208, consagra de manera categórica que ¨es un derecho y un deber de ciudadanas y ciudadanos el ejercicio del sufragio para elegir a las autoridades de gobierno y para participar en referendos¨. Establece, además el referido artículo que ¨el voto es personal, libre, directo y secreto. Nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, en el ejercicio de su derecho al sufragio ni a revelar su voto¨.

Por lo que, sin ánimos de pretender adentrarnos en un análisis profundo en términos constitucionales del mencionado texto, lo que queremos más bien, es sumarnos a las tantas voces dirigidas a fomentar y fortalecer la necesidad de participar activamente en la consecución del voto como cultura sólida de compromiso y responsabilidad cívica, tan ineludible y fundamental para el desarrollo y afianzamiento de nuestra democracia.

En ese sentido toda satisfacción o insatisfacción con el sistema debe manifestarse en las urnas; renegar o rehuir a ese derecho sería abdicar del compromiso que la historia nos coloca; sería renunciar a promover y defender propósitos o sueños de calidad, como por ejemplo: a la seguridad, el bien común, el orden público, la paz, la libertad, el respeto, la dignidad humana, un ambiente sano, a la salud, a nuestra identidad nacional, a la justicia, la solidaridad, al fortalecimiento de los valores familiares, entre otras realidades de vida.

Es necesario entender que, dimitir a ejercer el voto, significa estar ajenos a la responsabilidad que entrañamos, de contribuir de manera efectiva a la construcción de una mejor sociedad basada en el bienestar de todos tus semejantes. Cada voto es importante, ya que configura de manera colectiva ese mañana que queremos edificar; coadyuva a salvaguardar nuestros derechos y libertades individuales; y tiende a garantizar que nuestros valores democráticos sobrevivan a las barreras del tiempo y a las malas intenciones.

Por lo tanto, la abstención al voto es negar con cierto barniz de egocentrismo, nuestra capacidad de influir en el futuro que queremos dejar para las próximas generaciones; Comprender que con la no participación o indiferencia no se construye absolutamente nada.  El voto es una oportunidad terapéutica que tenemos como ciudadanos de reparar el tejido social dañado; así como procurar nuevas formas de convivencia que permitan alcanzar la anhelada paz comunitaria.

Por lo que, hay que ir a votar con entusiasmo, esto constituirá un ejercicio de la caridad hacia el bien común. El respeto a la dignidad de la persona debe ser el impulso sine qua non que nos lleve sin titubeos a ejecutar dicha participación democrática, haciendo un uso ético responsable de este maravilloso mecanismo para que nos permita avanzar decididamente hacia la consolidación del Estado de derecho.

Este derecho debe realizarse con lucidez y ponderando con sentido y pensamiento crítico las diferentes propuestas y programas. Es decir, se debe votar dando espacio al discernimiento a la luz de tus convicciones y de los principios que sustentan la democracia. La prudencia debe ser ante tal decisión, la que guíe el juicio de tu conciencia. Este ejercicio debe ser libre sin presiones de ningún tipo que tiendan a obstaculizar la elección transparente de tus gobernantes o representantes.

En definitiva, dejar de votar es permitir que otros decidan por ti. Mientras más votemos, mayor será la legitimidad y representatividad. Quedarse en la casa y no recurrir al voto, es autocensurar tu voz para que no sea escuchada, perdiendo así la oportunidad de ser agente de cambio. Tu opinión cuenta y tu voto tiene el poder de incidir en el curso de la historia.

Votar es un acto de gratitud hacia los forjadores de nuestra Independencia Nacional, quienes lucharon y se sacrificaron para que hoy podamos ejercer libremente nuestro derecho al voto; para que hoy tengamos una democracia que transita con empuje hacia una vigorosa madurez; para que hoy disfrutemos y mantengamos con sentido de pertenencia una nación libre y soberana, bajo el lema de Dios, Patria y Libertad, República Dominicana.

 

ANGEL GOMERA

lunes, 13 de mayo de 2024

Despertar una paternidad responsable y comprometida


 

Despertar una paternidad responsable y comprometida

 

El tema de la paternidad responsable y comprometida debe ocupar un sitial de relevancia y atención en la sociedad de hoy. Esta temática nunca debería pasar de moda, o ser relegada a meros enunciados, discursos o lamentos momentáneos, cuando solo se trate de la ocurrencia de casos sonoros que vulneran o transgreden el orden público y las buenas costumbres; y que en ese sentido llaman la atención a la ciudadanía cuando encierra cierto nivel de influencia mediática a pesar del daño que acarrea a un país.

Por consiguiente, al concederle ese tratamiento social tan superficial; entonces lamentablemente se estaría validando y normalizando progresiva y peligrosamente la degradación y decadencia de los valores familiares. Esa práctica negativa debemos ir desmontando y erradicando, ya que de no realizarse se podría llegar al extremo de una descomposición severa, que influya en la deshumanización.

Lo expresado con anterioridad, lejos de alarmar, constituye un llamado de conciencia, para que más allá del morbo, espectáculo o búsqueda afanosa de likes que pueda representar en las plataformas de las redes sociales esos casos escandalosos; nos deben mover a que contribuyamos juntos en la recuperación y el fortalecimiento de los valores familiares.

Claro está, esto debe funcionar como acción conjunta e integral entre los distintos actores de la sociedad; y por supuesto los medios de comunicación juegan y deben jugar un papel muy importante para la transmisión de mensajes positivos con ese propósito.

Por tanto, la obligación de ser padres responsables y comprometidos es siempre una insoslayable necesidad más allá de todo tiempo. Nos dice Nelson Mandela al respecto que: ¨Nada dice más del alma de una sociedad que la forma en que trata a sus hijos¨. En ese orden, desde el Estado se debe promover y fomentar una vigorosa paternidad y maternidad responsable, colocando dicho ejercicio como prioridad dentro de las políticas públicas sociales.

Esto sería una respuesta oportuna y atinada ante la preocupación expresada por parte de diferentes sectores, por la creciente violencia, el desborde de la criminalidad, la corrupción, la promiscuidad, drogas y otros tantos vicios perniciosos; los cuales guardan relación en muchos de los casos, con una familia mal dirigida por el antitestimonio de sus progenitores; quienes no están desempeñando las funciones que les corresponden ante sus hijos y la sociedad.

Es que ser padres y madres es mantener la responsabilidad ineludible, de participar en procura de coadyuvar al desarrollo integral de sus hijos, compromiso que se inicia desde el momento en que decidieron tenerlo, con la plena conciencia de que procrear un ser humano involucra atenderlo en todas las direcciones, es decir, alimentación, salud, vestimenta, vivienda, amor, protección, educación, honestidad, en la supremacía del bien, entre otros detalles materiales y espirituales. Esto evidencia que su ejercicio pleno contribuye para el desarrollo humano.

En consecuencia, este tiempo urge despertar una maternidad y paternidad responsable, que no se circunscriba a una cuestión de número y tiempo para tener los hijos, como si fuera algo insustancial; sino que también nos preocupemos en la formación que les daremos a esos seres humanos y cuya entrega incidirá de manera directa en la sociedad. Despertar el sentido de ser padres, es ir redescubriendo el amor conyugal como forma de comunión profunda y clave importante para la recuperación del tejido social, la construcción de la paz y una sana convivencia ciudadana.

Emprender dicha tarea responsablemente implica la misión de acompañarlos, guiarlos y estar comprometidos con ellos hasta que lleguen al puerto de la madurez, valorando la dignidad humana y el sentido de la vida más allá de los desafíos y obstáculos. En definitiva, haber conseguido que nuestros hijos se conozcan, se hayan aceptado y se quieran como son; y que sean capaces de superar retos y amen la vida y luchen por la felicidad.

En la Encíclica Familiaris Consortio (FC) San Juan Pablo II expresa que: ¨La familia es donde se fragua el futuro de la humanidad¨. Tenemos que luchar para tener familias sanas y así tendremos una sociedad sana. El bien en la humanidad nunca debe pasar de moda.

 

ANGEL GOMERA

lunes, 18 de marzo de 2024

No me mates, soy tú prójimo


 

No me mates, soy tú prójimo

La sociedad actual, evidencia un progreso técnico asombroso, pero lamentablemente la violencia tan manifestada y en ciertos casos validada, está normalizando la cultura de muerte en la cotidianidad; ocasionando a su vez, severas grietas a la convivencia y seguridad humana.

Lo dicho anteriormente, de manera tan drástica, no debe generar un espanto o pesimismo colectivo al respecto; porque cabe mencionar también que, en los momentos actuales, existen preocupaciones sociales serias en ese orden; y de igual manera está creciendo una sensibilidad y actitud de respeto al valor de la vida.

Esto se puede observar, por las tantas voces que condenan en diferentes partes del mundo, los atropellos y violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo constantemente y de diversas maneras.

Pero, lamentablemente muchos de esos enunciados condenatorios son palabras huecas, meras proclamas de intenciones o son simples suspiros diplomáticos; que en palabras del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, diría que ¨los suspiros son aire y van al aire¨.

Para que no sean simples suspiros, ya que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones; es de rigor, trabajar en la humanidad de hoy, el gran reto de que se le otorgue pleno reconocimiento al respeto a la vida.

Para tales fines, urge combatir como amenaza peligrosa, todas las distintas formas de violencia y lograr reducirlas, a través de una sólida y efectiva promoción de una cultura de paz, en donde se aprenda a ser y a vivir juntos.

Ahora, por cualquier quítame esta paja se quiere matar, ya casi nadie quiere respetar a nadie y por igual, los derechos. ¿Qué le pasa a la sociedad? ¿Por qué tanta agresividad? ¿Es que el valor a la vida se devaluó?

En ese sentido, se hace necesario formar una conciencia de paz en la sociedad, que coadyuve a construir una nueva cultura democrática, solidaria, con hábitos saludables y no violentos; que llegue a comprender fundamentalmente, que el respeto a la vida es el decano de todos los respetos y que este debe empezar por uno mismo; que sea éste, un ideal profundo y de felicidad que mantenga vigencia en cada actitud, la belleza y el cuidado de la existencia misma.

Por lo tanto, “no me mates, soy tú prójimo¨, es un grito de respeto que debe ser asumido de forma individual y que impacte de manera positiva a la seguridad colectiva; es preciso que sea un eco empático que contribuya desde el comportamiento, a preservar la vida de los demás. Es evitar ser ¨mecha corta¨ ante aquellos conflictos que pueden resolverse mediante el diálogo, la tolerancia, entendimiento y el buen vivir.

Y es que “no me mates, soy tú semejante¨ es una razón racional de no ser engendros o emisarios de muerte porque me rayaste el vehículo en un siniestro vial; por pasar palabras, ante un malentendido; porque la pareja le dice que no quiere continuar con la relación; por el impulso irreverente de robar la luz roja del semáforo, sin apreciar las vidas que puedes perjudicar; por querer robar lo que no es tuyo; por disparar tiros al aire, dizque en diversión; por una codicia inhumana de obtener fortunas, aunque destruya la dignidad de la persona.

Asimismo, “no me mates soy tú hermano¨ grita nuestra casa común, la cual está sometida a una racionalidad depredadora y de sobreexplotación sin clemencia ni juicio, poniendo en peligro la vida de los seres vivos que en ella habitan incluyendo a los propios seres humanos.

En definitiva, jamás se debe atentar contra la vida humana ni ponerla en peligro. Apremia educar por la paz y para la paz que es poner en primer plano el rechazo a la violencia. El antropólogo español Francisco Jiménez Bautista, muy bien plantea que ¨hay que llevar a la práctica los valores, las actitudes y las formas de comportamiento que inspiran una cultura de paz¨.

Concluyo con esta frase de Mahatma Gandhi: ¨Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. ¨Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino¨.

 

ANGEL GOMERA

martes, 5 de marzo de 2024

Clubes deportivos y culturales, estrategia efectiva por una cultura de paz


 

Clubes deportivos y culturales, estrategia efectiva por una cultura de paz

No podemos obviar que el tema de la violencia, la criminalidad, la delincuencia, la inseguridad ciudadana; así como, las acciones de atención estatal a estos flagelos o las políticas públicas de prevención que se están implementando; generan gran interés en la ciudadanía y constituyen a su vez, preocupaciones significativas en la mayoría en la sociedad dominicana.

Por lo tanto, lo anterior, no debe quedarse solo en el plano de la preocupación, debe conllevar a una reflexión constante y profunda como estado, y sobre todo al apremio de emprender una acción conjunta con todos los actores sociales claves, para restaurar nuestro tejido social; prestando atención a las causas o factores que están incidiendo en el avance de su deterioro o degradación.

De lo expuesto precedentemente, una respuesta estatal efectiva que contribuye a la construcción de una cultura de paz; y que pone freno al aumento de la criminalidad y violencia, es el impulso e implementación de programas deportivos y culturales en las comunidades; evidenciándose con ello, que el deporte brinda oportunidades de cohesión, inclusión e integración social, más allá de los muros de la vulnerabilidad y la exclusión.

Si bien, es muy importante invertir en el deporte, y contar con espacios deportivos bien equipados e infraestructuras dignas para que niños y jóvenes puedan realizar alguna actividad física. Esto no basta para alcanzar la paz social anhelada, pues se requiere, además, contar con suplementos que fortalezcan más allá de la práctica deportiva, la capacidad de vivir y convivir pacíficamente como seres humanos, a pesar de los retos y complejidades.

Entonces, en referencia a lo previamente descrito, se hace necesario partiendo de una visión estatal y social, combinar la fórmula deporte y educación, a través del fomento, fortalecimiento y expansión de los clubes deportivos y culturales en las distintas comunidades del territorio nacional. Como muy bien, se refiere Nelson Mandela, al expresar que: “Si se combinan deporte y educación, se puede enseñar paz a los más jóvenes, devolverles esperanza y crear herramientas para que participen en la creación de una sociedad más justa y fraternal”.

Este planteamiento, encuentra sustento en la Constitución de la República, en su artículo 65, cuando consagra como derecho fundamental al deporte, disponiendo que: ¨Toda persona tiene derecho a la educación física, al deporte y la recreación.   Corresponde   al   Estado, en   colaboración   con   los centros de enseñanza y las organizaciones deportivas, fomentar, incentivar y apoyar la práctica y difusión de estas actividades¨.

Por consiguiente, visto lo que establece en ese orden nuestra Carta Magna, ilumina la propuesta, en el sentido de que, desde los clubes deportivos y culturales, con los debidos recursos, estímulos e incentivos correspondientes del Estado, se logra robustecer la resiliencia, la cohesión social, reducir la violencia y prevenir conductas delictivas contribuyendo así, con el bienestar social.

Asimismo, desde los clubes se pueden formar buenas personas; debido a que el deporte, al estar estrechamente relacionado con prácticas de la colectividad, ocupa una posición privilegiada para el desarrollo social y cultural en la promoción de valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad y la sana convivencia. También fomenta la convivencia pacífica, a través de la resolución de conflictos, la participación en actividades deportivas y culturales, las personas aprenden a trabajar en equipo, a respetar las reglas del juego, la legalidad y a aceptar las diferencias de los demás.

Este punto, es importante tomarlo en consideración, dado que en los actuales momentos estamos divisando ciertos fenómenos culturales peligrosos que debemos erradicar y prevenir para que no alcancen la “normalización” o ¨validación¨ en el imaginario social.

Cabe mencionar, por ejemplo: ¨la cultura de la inmediatez¨: el aquí, el ahora, lo fácil y el camino más corto o buscar atajos para llegar a un fin, ¨la cultura del engaño o la mentira¨, ¨la cultura del vicio¨, ¨la cultura de las pantallas¨, ¨la cultura de la ilegalidad¨, ¨la cultura de muerte¨: en donde el respeto a la vida languidece pasmosamente, entre otras deformidades que corroe la belleza del bien y la humanidad.

De ahí es que, los clubes deportivos y culturales, son respuestas de esperanza ante esa problemática, por la naturaleza formativa, recreativa, ética, moral y legal que suscitan o pueden promover en sí, ya que inciden en la promoción de la identidad cultural a partir de la riqueza de relaciones sociales que en su ámbito se desenvuelven.

Es indispensable como Estado despertar el rol de los clubes deportivos y culturales como herramientas poderosas en la construcción de la paz y la resolución de conflictos.

ANGEL GOMERA

Abogado

Santo Domingo de Guzmán

angelgomera@gmail.com

 

La Transfiguración

 


La Transfiguración

Mateo 17, 1-9

El ser humano libra en su interior un fuerte combate espiritual entre el bien y el mal,  alimentado en muchas ocasiones por fenómenos o luces fantasiosas del exterior, que inducen a vivir una existencia superficial y sin contenido. Si asumimos esta actitud colocamos nuestra vida al borde de un acantilado peligroso,  que nos pone en riesgo de sucumbir ante el abismo oscuro y sombrío del relativismo, en donde solo existe confusiones, llantos, desconsuelos, frustraciones, miedos y vacíos; haciéndonos perder el horizonte de la esperanza y del valor de la dignidad que Dios nos ha provisto. Es que fruto de esa rutina diaria, mecánica y sin profundidad, tendemos a ser muy flexibles y dispuestos a las tentaciones y seducciones del maligno; proceder este, que tiende a hacer pedazos todo tu metro cuadrado: familia, matrimonio, trabajo, empresa, amistades y hasta la vida misma.

De ahí pues, que este evangelio de manera impresionante y hermosa, nos revive de manera personal el momento en que Jesus nos hizo el llamado, es decir, nos escogió por nuestro nombre y apellido, para que vivamos esta espectacular y esperanzadora aventura del verdadero amor que nos lleva a la felicidad y a una vida plena; del mismo modo que lo hizo con Pedro, Santiago y Juan.

Apreciar este pasaje bíblico me hizo rememorar que Cristo, el Hermano Mayor, al igual que esos discípulos, me tomo por la mano con tierna delicadeza y me aparto del mundo, llevándome al monte más alto del cursillo de cristiandad a vivir un dichoso y afortunado fin de semana, que impacto de manera favorable en mi corazón, ya que El mostro ante mis ojos su gloria, transfigurando mi ser y dándome la oportunidad de sumergirme en el manantial de su gracia.

Tuve el privilegio de contemplar su rostro misericordioso en el Santísimo, en donde me susurro en aquel divino silencio, no tener miedo ante los tantos desafíos, sufrimientos y desiertos, ya que nunca me dejara solo y en El siempre habrá victoria. Por lo que de inmediato me alentó a levantar el vuelo con firmeza y alegría en el cielo amplio y azul de la vida con entrega, ilusión y espíritu de caridad. Claro está, sin abandonar la oración, como herramienta vital para perseverar en el camino de la fe. Amigos (as), el apartarnos, orar y escuchar nos permite conocer y amar con intensidad a Dios. 

 

Angel Gomera

#749

jueves, 25 de enero de 2024

Juventud, despertar un ideal de esperanza

 


Juventud, despertar un ideal de esperanza


El Libertador dominicano, fundador de la sociedad La Trinitaria y principal ideólogo de la independencia, Juan Pablo Duarte; en unas de sus excelsas frases tan llena de luz; de impulso y sabiduría; reconoce en la juventud, el rol preponderante que había de tener en sus sueños de libertad, al expresar lo siguiente:

¨Seguid, jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía, seguid con tesón y ardor en la hermosa carrera que habéis emprendido y alcanzad la gloria de dar cima o la grandiosa obra de nuestra regeneración política, de nuestra independencia nacional, única garantía de las libertades patrias¨.

De ese pensamiento Duartiano, se desprende una valiosa enseñanza, que no podemos desaprovechar en todo plan de vida que vayamos a ejecutar; y es que todo ser humano, ya sea joven o adulto de vida consciente, con su inteligencia, voluntad y libertad, guía sus actos hacia una idea meta, en la que debe poner todo su empeño, ardor e ilusión para conquistar un propósito mayor que le haga sentirse pleno o realizado en el plano de la felicidad.

Claro está, todo propósito se logra cuando se despierta un ideal en la persona. Lo contrario, sería caminar por la vida sin saber hacia dónde se dirigen tus pasos, deambulando de aquí para allá, sin ningún objetivo. Muy bien, en ese sentido apunta el filósofo argentino José Ingenieros, que ¨no se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere¨. Para Mac Arthur, enfatiza que ¨no se envejece por haber vivido muchos años, se envejece por haber desertado de un ideal¨.

De ahí, la importancia de hacer una parada, cuando nos encontramos en el dilema de no saber a qué dirección debemos conducir nuestra existencia. Aquí, es necesario cuestionarnos a nosotros mismos, y romper con esos paradigmas que afectan el interior y exterior de nuestro ser; y que muchas veces impiden que caminemos seguros hacia la conquista de ese ideal anhelado.

Duarte, a pesar de ser muy joven, esto no fue obstáculo, para hacerle perder el rumbo en procura de su ideal. Su espíritu sin doblez, de luchar por sus sueños más allá de toda adversidad, su firme convicción basada en valores, su coherencia y persistencia hasta obtener lo que buscaba, su marcada humildad y su belleza interior colmada de amor; son cualidades que se evidencian en los grandes sacrificios que hizo por su amada patria, dándolo todo por un ideal de independencia.

Entonces, podemos decir que, con su ejemplo de vida, Duarte nos enseña en la actualidad, a no ser de aquella generación que esconde la cabeza en la arena, mientras todo arde en nuestro derredor por la injusticia, la desigualdad, la falsa autenticidad, la violencia y la corrupción. Que no sea una amenaza sino más bien una esperanza constante.

El legado de Duarte, insiste en no ser parte de esa juventud que esconde la cabeza ante tantos desafíos o retos que afronta la sociedad; que actúe sin fuerza de carácter para descubrir la verdad, que se cansa de tanto aburrirse, que deja a la deriva del camino al que sufre, que se pierda en las quimeras de la deshumanización y en la banalización del sentido de la vida, que no se capacite por el libertinaje y el pesimismo, que no profana su propia dignidad por decisiones sin juicios.

El ideario del patricio, insta a forjar una juventud con pasión y determinación, que sean esa gota de agua, que marque la diferencia en el gran océano de la vida. Que estén a la vanguardia de las causas justas. Que realicen esas tareas que dan sentido a cada minuto y suspiro de la vida; que por más sencillas o pequeñas que sean las cosas, les haga trascender en la profundidad de su existencia.

Que escojan y se decidan por el ideal mejor; que sea un bien que les haga sentirse más realizados como personas. Que luchen por la defensa humana, evitando siempre perder la capacidad de asombro, esa cuya pérdida hace languidecer la sensibilidad social. Que no se dejen nublar sus pensamientos, creatividad o ingenio, por sustancias psicoactivas o placeres exiguos que pululan a diestra y siniestra, en toda sociedad que camina hacia el abismo de la zombificación.

En definitiva, sueño junto Martin Luther King, en despertar una juventud con un auténtico ideal de esperanza que transforme y anime la construcción de una mejor humanidad basada en la supremacía del bien. A propósito de esto último, el Dr. King nos deja esta frase: “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.”


ANGEL GOMERA 

jueves, 11 de enero de 2024

Los teteos y la cultura de violencia

 


Los teteos y la cultura de violencia

La fiesta a lo largo de la historia, ha constituido una forma de romper con la rutina diaria; en ese sentido se organizan actos sociales cuyo centro, es reflejar un momento en donde la alegría se comparte; divertirse de manera colectiva o celebrar algún acontecimiento especial de la vida. Se ha de suponer que ese tiempo de festejo, hace relajar de la tensión del trabajo o de la cotidianidad; sirve como punto de encuentro; se aprovecha para socializar, es decir que se genera la posibilidad de conocer personas y establecer nuevas relaciones de amistad.

En ese orden el polímata Jean-Jacques Rousseau manifiesta que ¨la fiesta conviene a los pueblos en una República, como un medio para organizar una especie de asamblea creando entre sus miembros agradables lazos de placer y de felicidad que los puede mantener unidos como comunidad. ¨

En nuestro país en la actualidad, se ha adoptado por jóvenes, adolescentes, y también ciertos adultos, unas nuevas formas de diversión, ¨de pasarla bien¨, ¨de vacilar¨ denominadas en la jerga urbana ¨teteos¨. Estos se están expandiendo por las diferentes comunidades, en donde estos grupos sociales se reúnen en espacios de las vías públicas, para disfrutar por largas horas, casi siempre en horario nocturno.

Los que acuden, dicen sentirse ¨libres¨, y son arrastrados por un colectivo social que lamentablemente ejercen influencia en ellos. Estos se sienten que están rompiendo con algo, están innovando o siendo creativos, están marcando la diferencia, sin importar las consecuencias de sus actos. Su fin es darle prioridad a la fama, al goce intenso, a la notoriedad sobre la empatía, la solidaridad y el buen vivir.

El problema de estos ¨juntes¨ llamados ¨teteos¨, es que en vez de constituirse en manifestaciones para la sana recreación o fomentar una cultura de cohesión social, se están convirtiendo en monumentos de una conflictividad peligrosa. Esto tiende como fenómeno a alimentar la cultura de la violencia; ya que, de manera natural, se van validando o normalizando comportamientos que en nada contribuyen con la convivencia pacífica y la seguridad ciudadana.

Por lo tanto, estos ¨teteos¨ están distorsionando y viciando el sentido de la fiesta, desde su significado, originalidad e identidad más profunda. Estos escenarios reproducen el desasosiego e intranquilidad, aniquilando todo vestigio de la paz social que debe reinar en cualquier contexto social. Es que toda fiesta debe vincularse a la paz; y la paz a la armonía de las relaciones humanas y al respeto a los demás. Mientras no haya paz, la fiesta pierde el sentido; sería participar de un festejo con una alegría muerta, por más música que suene.

En los ¨teteos¨, por lo visto, ante tantos sucesos trágicos que genera, el respeto a la vida humana no goza de ningún valor, se disipa entre esa horda que actúan como zombis enajenados por el placer extremo.

Allí, se le rinde culto al ¨dios¨ consumo, donde los excesos estremecen la dignidad humana y el ejercicio de una verdadera libertad. El abuso de bebidas alcohólicas o de drogas, no importando el rango de edad, es de preocupante incidencia y está trayendo consecuencias muy graves.  La promiscuidad y el erotismo, se pasea galopante, incentivando al embarazo a temprana edad en medio de aquellos jolgorios.

Asimismo, no se aplican ningún tipo de reglas e impera una atmósfera asfixiante de ruidos, música con letras tóxicas, suciedad, por la basura que dejan en el lugar y muchos traumas para los vecinos, por la zozobra que crea; entre otras crudas realidades.

Por lo que esta manera de festejar o divertirse mal aprovechada y barnizada de esos ingredientes negativos, crea ciertas parálisis a una sociedad, la hace retroceder y sobre todo va degradando la persona en su propia dignidad.

Ante esa realidad, la indiferencia no es consejera ni es solución; Beltolt Brecht plantea que, ¨cuando el delito se multiplica, nadie quiere verlo¨. Aún como sociedad no se ha caído en ese umbral tenebroso, pero vale más prevenir que lamentar.

En definitiva, esta reflexión lejos de condenar o meramente juzgar, tiene como objetivo alertar, analizar y procurar que se le preste la debida atención como Estado, a estas manifestaciones sociales denominados ¨teteos¨; las cuales surgen fruto de una multiplicidad de factores, que subyacen dentro de una violencia estructural y cultural acumulada en el tiempo y sin respuesta efectiva.

 

ANGEL GOMERA 


martes, 2 de enero de 2024

Despertar el sentido de la honestidad

 


Despertar el sentido de la honestidad


En medio de un diálogo ameno y fraternal, me comenta un entrañable amigo que, compartiendo con su familia en una plaza conocida de la capital, olvidó su celular en el área destinada a la recreación en dicho lugar.

Al percatarse de que había dejado su móvil, regresó en su búsqueda; pero, lamentablemente el mismo había desaparecido. Recurrió entonces, al personal de seguridad y le contó lo sucedido, procediendo ellos a revisar las diferentes cámaras de vigilancia que cubren ese espacio; verificando las mismas, observaron que quienes tomaron el celular, cuidándose de que nadie lo note; fue una pareja de esposos que estaban acompañados de sus hijos pequeños; es decir andaban en familia.

Esos niños, con su inocencia a flor de piel y sus mentes de esponjas, fueron testigos del comportamiento cuestionable de sus progenitores; ellos me imagino, regresaron muy contentos y orondos a su hogar, luego de haberse llevado ese objeto de valor o “tremendo premio de la fortuna”.

Deduzco que aún, en presencia de sus infantes, se sentaron hablar de los posibles usos que le darán; sin ni siquiera detenerse a pensar de la horrible enseñanza y mal ejemplo que acabaron legar en sus hijos. Se olvidaron de esta frase de William Shakespeare, cuando se refiere a que: “ningún legado es tan rico como la honestidad”. Es que la forma más vigorosa e impactante para enseñar honestidad a los hijos es practicar con el ejemplo diario, con las lecciones que la vida va poniéndonos en el camino.

Pero, si desde la familia se falla en cultivar el ejercicio de la honestidad; entonces trágicamente se irá normalizando lo deshonesto en lo cotidiano, y esto contribuirá de manera notoria y peligrosa, en la progresiva degradación social y moral de una sociedad.

Planteamos lo anterior, porque es de mucha preocupación y tristeza observar, en nuestra ciudadanía, como ante un accidentado, en vez de brindarle auxilio, se le está saqueando de sus cosas; como el ejercicio de la posverdad agiganta sus pasos de manipulación en la opinión pública, distorsionando de manera confusa y deliberada la realidad. Como se ha perdido la capacidad de asombro ante el robo de una luz roja del semáforo; se invaden los terrenos que no son suyos, bajo una vana justificación “social”.

De igual manera, vemos cómo se está colando con cierta facilidad y permisividad, la cultura del engaño o las trampas en el entramado social. La mentira se tiene como un fin para obtener pingües beneficios y se encuentra por todas partes. Asimismo, se puede notar, cómo languidece la ética ante el ejercicio deplorable de muchas profesiones. Como se recurre al dopaje para alcanzar gloria en el Olimpo de alguna práctica deportiva.

Si para alcanzar más estatus social y económico, se debe evadir el fisco, se hace sin miramiento ninguno; en definitiva, esto se ve como una señal de “éxito y de ciertas habilidades”. Por igual, se destruye y aprovecha de manera desequilibrada, el medio ambiente y los recursos naturales, alegando un falso desarrollo que pone en jaque la vida del planeta.

Estos episodios y otros no mencionados en esta reflexión, nos debe movilizar a impulsar un despertar de la cultura de la honestidad en los diferentes escenarios de la vida humana; que es hacer de esta virtud un ejercicio que se cultive y se exija con devoción suprema. Es marcar tendencia en ser coherente con lo que piensa, teniendo un grado de autoconciencia significativo con sinceridad.  Es ser influencers de una verdad que se defienda sin tibieza, se promueva con valentía y se practique con perseverancia como un norte a seguir.

Despertar el sentido de la honestidad es darle supremacía al bien, en los distintos roles y realidades que nos toca vivir. Para ser efectivo ese despertar, debe nacer de una fidelidad consigo mismo, que no albergue intenciones ocultas y egocéntricas; que integre con buena voluntad y congruencia, el pensamiento, el sentimiento y la acción en hacer lo correcto; es decir, que lo que se piensa, se diga vaya en consonancia con lo que se haga. Entender que “lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad” (Séneca).

Mantener despierta la honestidad es una misión continua y humana.


ANGEL GOMERA

jueves, 2 de noviembre de 2023

Despertar la conciencia de los valores

 


Despertar la conciencia de los valores

El filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky en su obra publicada en el 1983, titulada: ¨La era del vacío¨, nos presenta una sociedad caracterizada por el debilitamiento de las costumbres, por la aparición del consumo de masas, con temas recurrentes como el narcisismo apático, el consumismo, el hiperindividualismo psicologista, la deserción de los valores tradicionales, entre otras realidades que describe en dicha obra.

Hacemos alusión a dicha obra, en razón de las preocupaciones serias que se vienen externando en la actualidad, por la deserción y pérdida progresiva de los valores en nuestra sociedad; en donde el sentido de la vida y la ética, se está banalizando por un relativismo tan confuso e indiferente.

Esa indiferencia de menosprecio o devaluación a los valores, puede coadyuvar a considerar de manera atrevida, que la virtud y la perversión, son cosas parecidas, o que da lo mismo hacer uso de una o la otra sin el más mínimo reparo. Lo peligroso de este tipo de comportamiento, es que siempre trata de justificar dicha confusión ¨no inocente del todo¨, bajo el alegato de estar obrando en el ejercicio de una llamada libertad; la cual resulta ser falsa de toda falsedad.

Con ese tipo de confusión y normalización del vicio en el tejido social, se destruye la superioridad del bien; y expone al mundo a estar patas hacia arriba, como muy bien lo plantea el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro: ¨La Escuela del mundo al revés¨.

Visto lo anterior, no podemos quedarnos varados en el pesimismo y las lamentaciones, ni tampoco permanecer anclados en nuestros propios conforts; porque esto nos conduciría al vacío y a una angustiosa deshumanización. Ante lo expresado anteriormente, cabe perfectamente la frase de Albert Einstein, cuando señala que ̈la vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa ¨.

¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante ésta pérdida progresiva de los valores?

Debemos entrar en una sincera reflexión, y asumir estas palabras del artista Joaquín Sabina, cuando ¨él dice tener ojos y oídos para ver lo que está pasando¨. Como sociedad, no podemos continuar invadidos por la irremediable cobardía de no abrir los ojos; ni tampoco cerrar nuestros oídos; y es que ¨no hay peor sordo que el que no quiere escuchar¨.

Precisamente, ante la indiferencia tan marcada en la humanidad, el Papa Pío XI, nos moviliza la conciencia cuando infiere que ¨el problema mayor de nuestro tiempo no son las fuerzas negativas, es la somnolencia de los buenos ¨.

En ese mismo orden, el escritor José Saramago en su ensayo sobre la ceguera, nos alerta sobre la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron. El asumir la responsabilidad de estar despiertos y activos contribuye a que mantengamos alejados de la sociedad los peligros o gérmenes corrosivos que contaminan la vida de las personas.

De ahí es que, resulta interesante y oportuno, apropiarnos de la fórmula sugestiva de Santa Catalina de Siena, cuando nos invita a: ̈Despertar el perro de la conciencia ̈. Ella indica con mucha claridad y precisión, que cada vez que abrimos el corazón a la voz de la conciencia, esta nos avisa de los peligros y nos estimula en el camino hacia el bien.

El despertar de los valores nos permite reconocer la fragilidad del mundo y actuar en consonancia para ayudar a transformarlo.

Para ser efectivos en el despertar de los valores, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos, buscando la manera más eficaz de superarlos, con acciones que nos lleven a mejorar todo aquello que afecta a nuestra persona y como consecuencia a nuestros semejantes, rectificando cada vez que nos equivocamos y cumpliendo con nuestro deber en las labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.

¡Desde la conciencia, propiciemos un despertar de los valores en nuestra sociedad!

 

ANGEL GOMERA