lunes, 18 de marzo de 2024

No me mates, soy tú prójimo

 

No me mates, soy tú prójimo

La sociedad actual, evidencia un progreso técnico asombroso, pero lamentablemente la violencia tan manifestada y en ciertos casos validada, está normalizando la cultura de muerte en la cotidianidad; ocasionando a su vez, severas grietas a la convivencia y seguridad humana.

Lo dicho anteriormente, de manera tan drástica, no debe generar un espanto o pesimismo colectivo al respecto; porque cabe mencionar también que, en los momentos actuales, existen preocupaciones sociales serias en ese orden; y de igual manera está creciendo una sensibilidad y actitud de respeto al valor de la vida.

Esto se puede observar, por las tantas voces que condenan en diferentes partes del mundo, los atropellos y violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo constantemente y de diversas maneras.

Pero, lamentablemente muchos de esos enunciados condenatorios son palabras huecas, meras proclamas de intenciones o son simples suspiros diplomáticos; que en palabras del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, diría que ¨los suspiros son aire y van al aire¨.

Para que no sean simples suspiros, ya que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones; es de rigor, trabajar en la humanidad de hoy, el gran reto de que se le otorgue pleno reconocimiento al respeto a la vida.

Para tales fines, urge combatir como amenaza peligrosa, todas las distintas formas de violencia y lograr reducirlas, a través de una sólida y efectiva promoción de una cultura de paz, en donde se aprenda a ser y a vivir juntos.

Ahora, por cualquier quítame esta paja se quiere matar, ya casi nadie quiere respetar a nadie y por igual, los derechos. ¿Qué le pasa a la sociedad? ¿Por qué tanta agresividad? ¿Es que el valor a la vida se devaluó?

En ese sentido, se hace necesario formar una conciencia de paz en la sociedad, que coadyuve a construir una nueva cultura democrática, solidaria, con hábitos saludables y no violentos; que llegue a comprender fundamentalmente, que el respeto a la vida es el decano de todos los respetos y que este debe empezar por uno mismo; que sea éste, un ideal profundo y de felicidad que mantenga vigencia en cada actitud, la belleza y el cuidado de la existencia misma.

Por lo tanto, “no me mates, soy tú prójimo¨, es un grito de respeto que debe ser asumido de forma individual y que impacte de manera positiva a la seguridad colectiva; es preciso que sea un eco empático que contribuya desde el comportamiento, a preservar la vida de los demás. Es evitar ser ¨mecha corta¨ ante aquellos conflictos que pueden resolverse mediante el diálogo, la tolerancia, entendimiento y el buen vivir.

Y es que “no me mates, soy tú semejante¨ es una razón racional de no ser engendros o emisarios de muerte porque me rayaste el vehículo en un siniestro vial; por pasar palabras, ante un malentendido; porque la pareja le dice que no quiere continuar con la relación; por el impulso irreverente de robar la luz roja del semáforo, sin apreciar las vidas que puedes perjudicar; por querer robar lo que no es tuyo; por disparar tiros al aire, dizque en diversión; por una codicia inhumana de obtener fortunas, aunque destruya la dignidad de la persona.

Asimismo, “no me mates soy tú hermano¨ grita nuestra casa común, la cual está sometida a una racionalidad depredadora y de sobreexplotación sin clemencia ni juicio, poniendo en peligro la vida de los seres vivos que en ella habitan incluyendo a los propios seres humanos.

En definitiva, jamás se debe atentar contra la vida humana ni ponerla en peligro. Apremia educar por la paz y para la paz que es poner en primer plano el rechazo a la violencia. El antropólogo español Francisco Jiménez Bautista, muy bien plantea que ¨hay que llevar a la práctica los valores, las actitudes y las formas de comportamiento que inspiran una cultura de paz¨.

Concluyo con esta frase de Mahatma Gandhi: ¨Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. ¨Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino¨.

 

ANGEL GOMERA

martes, 5 de marzo de 2024

Clubes deportivos y culturales, estrategia efectiva por una cultura de paz

 

Clubes deportivos y culturales, estrategia efectiva por una cultura de paz

No podemos obviar que el tema de la violencia, la criminalidad, la delincuencia, la inseguridad ciudadana; así como, las acciones de atención estatal a estos flagelos o las políticas públicas de prevención que se están implementando; generan gran interés en la ciudadanía y constituyen a su vez, preocupaciones significativas en la mayoría en la sociedad dominicana.

Por lo tanto, lo anterior, no debe quedarse solo en el plano de la preocupación, debe conllevar a una reflexión constante y profunda como estado, y sobre todo al apremio de emprender una acción conjunta con todos los actores sociales claves, para restaurar nuestro tejido social; prestando atención a las causas o factores que están incidiendo en el avance de su deterioro o degradación.

De lo expuesto precedentemente, una respuesta estatal efectiva que contribuye a la construcción de una cultura de paz; y que pone freno al aumento de la criminalidad y violencia, es el impulso e implementación de programas deportivos y culturales en las comunidades; evidenciándose con ello, que el deporte brinda oportunidades de cohesión, inclusión e integración social, más allá de los muros de la vulnerabilidad y la exclusión.

Si bien, es muy importante invertir en el deporte, y contar con espacios deportivos bien equipados e infraestructuras dignas para que niños y jóvenes puedan realizar alguna actividad física. Esto no basta para alcanzar la paz social anhelada, pues se requiere, además, contar con suplementos que fortalezcan más allá de la práctica deportiva, la capacidad de vivir y convivir pacíficamente como seres humanos, a pesar de los retos y complejidades.

Entonces, en referencia a lo previamente descrito, se hace necesario partiendo de una visión estatal y social, combinar la fórmula deporte y educación, a través del fomento, fortalecimiento y expansión de los clubes deportivos y culturales en las distintas comunidades del territorio nacional. Como muy bien, se refiere Nelson Mandela, al expresar que: “Si se combinan deporte y educación, se puede enseñar paz a los más jóvenes, devolverles esperanza y crear herramientas para que participen en la creación de una sociedad más justa y fraternal”.

Este planteamiento, encuentra sustento en la Constitución de la República, en su artículo 65, cuando consagra como derecho fundamental al deporte, disponiendo que: ¨Toda persona tiene derecho a la educación física, al deporte y la recreación.   Corresponde   al   Estado, en   colaboración   con   los centros de enseñanza y las organizaciones deportivas, fomentar, incentivar y apoyar la práctica y difusión de estas actividades¨.

Por consiguiente, visto lo que establece en ese orden nuestra Carta Magna, ilumina la propuesta, en el sentido de que, desde los clubes deportivos y culturales, con los debidos recursos, estímulos e incentivos correspondientes del Estado, se logra robustecer la resiliencia, la cohesión social, reducir la violencia y prevenir conductas delictivas contribuyendo así, con el bienestar social.

Asimismo, desde los clubes se pueden formar buenas personas; debido a que el deporte, al estar estrechamente relacionado con prácticas de la colectividad, ocupa una posición privilegiada para el desarrollo social y cultural en la promoción de valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad y la sana convivencia. También fomenta la convivencia pacífica, a través de la resolución de conflictos, la participación en actividades deportivas y culturales, las personas aprenden a trabajar en equipo, a respetar las reglas del juego, la legalidad y a aceptar las diferencias de los demás.

Este punto, es importante tomarlo en consideración, dado que en los actuales momentos estamos divisando ciertos fenómenos culturales peligrosos que debemos erradicar y prevenir para que no alcancen la “normalización” o ¨validación¨ en el imaginario social.

Cabe mencionar, por ejemplo: ¨la cultura de la inmediatez¨: el aquí, el ahora, lo fácil y el camino más corto o buscar atajos para llegar a un fin, ¨la cultura del engaño o la mentira¨, ¨la cultura del vicio¨, ¨la cultura de las pantallas¨, ¨la cultura de la ilegalidad¨, ¨la cultura de muerte¨: en donde el respeto a la vida languidece pasmosamente, entre otras deformidades que corroe la belleza del bien y la humanidad.

De ahí es que, los clubes deportivos y culturales, son respuestas de esperanza ante esa problemática, por la naturaleza formativa, recreativa, ética, moral y legal que suscitan o pueden promover en sí, ya que inciden en la promoción de la identidad cultural a partir de la riqueza de relaciones sociales que en su ámbito se desenvuelven.

Es indispensable como Estado despertar el rol de los clubes deportivos y culturales como herramientas poderosas en la construcción de la paz y la resolución de conflictos.

ANGEL GOMERA

Abogado

Santo Domingo de Guzmán

angelgomera@gmail.com

 

La Transfiguración

 

La Transfiguración

Mateo 17, 1-9

El ser humano libra en su interior un fuerte combate espiritual entre el bien y el mal,  alimentado en muchas ocasiones por fenómenos o luces fantasiosas del exterior, que inducen a vivir una existencia superficial y sin contenido. Si asumimos esta actitud colocamos nuestra vida al borde de un acantilado peligroso,  que nos pone en riesgo de sucumbir ante el abismo oscuro y sombrío del relativismo, en donde solo existe confusiones, llantos, desconsuelos, frustraciones, miedos y vacíos; haciéndonos perder el horizonte de la esperanza y del valor de la dignidad que Dios nos ha provisto. Es que fruto de esa rutina diaria, mecánica y sin profundidad, tendemos a ser muy flexibles y dispuestos a las tentaciones y seducciones del maligno; proceder este, que tiende a hacer pedazos todo tu metro cuadrado: familia, matrimonio, trabajo, empresa, amistades y hasta la vida misma.

De ahí pues, que este evangelio de manera impresionante y hermosa, nos revive de manera personal el momento en que Jesus nos hizo el llamado, es decir, nos escogió por nuestro nombre y apellido, para que vivamos esta espectacular y esperanzadora aventura del verdadero amor que nos lleva a la felicidad y a una vida plena; del mismo modo que lo hizo con Pedro, Santiago y Juan.

Apreciar este pasaje bíblico me hizo rememorar que Cristo, el Hermano Mayor, al igual que esos discípulos, me tomo por la mano con tierna delicadeza y me aparto del mundo, llevándome al monte más alto del cursillo de cristiandad a vivir un dichoso y afortunado fin de semana, que impacto de manera favorable en mi corazón, ya que El mostro ante mis ojos su gloria, transfigurando mi ser y dándome la oportunidad de sumergirme en el manantial de su gracia.

Tuve el privilegio de contemplar su rostro misericordioso en el Santísimo, en donde me susurro en aquel divino silencio, no tener miedo ante los tantos desafíos, sufrimientos y desiertos, ya que nunca me dejara solo y en El siempre habrá victoria. Por lo que de inmediato me alentó a levantar el vuelo con firmeza y alegría en el cielo amplio y azul de la vida con entrega, ilusión y espíritu de caridad. Claro está, sin abandonar la oración, como herramienta vital para perseverar en el camino de la fe. Amigos (as), el apartarnos, orar y escuchar nos permite conocer y amar con intensidad a Dios. 

 

Angel Gomera

#749

jueves, 25 de enero de 2024

Juventud, despertar un ideal de esperanza

 


Juventud, despertar un ideal de esperanza


El Libertador dominicano, fundador de la sociedad La Trinitaria y principal ideólogo de la independencia, Juan Pablo Duarte; en unas de sus excelsas frases tan llena de luz; de impulso y sabiduría; reconoce en la juventud, el rol preponderante que había de tener en sus sueños de libertad, al expresar lo siguiente:

¨Seguid, jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía, seguid con tesón y ardor en la hermosa carrera que habéis emprendido y alcanzad la gloria de dar cima o la grandiosa obra de nuestra regeneración política, de nuestra independencia nacional, única garantía de las libertades patrias¨.

De ese pensamiento Duartiano, se desprende una valiosa enseñanza, que no podemos desaprovechar en todo plan de vida que vayamos a ejecutar; y es que todo ser humano, ya sea joven o adulto de vida consciente, con su inteligencia, voluntad y libertad, guía sus actos hacia una idea meta, en la que debe poner todo su empeño, ardor e ilusión para conquistar un propósito mayor que le haga sentirse pleno o realizado en el plano de la felicidad.

Claro está, todo propósito se logra cuando se despierta un ideal en la persona. Lo contrario, sería caminar por la vida sin saber hacia dónde se dirigen tus pasos, deambulando de aquí para allá, sin ningún objetivo. Muy bien, en ese sentido apunta el filósofo argentino José Ingenieros, que ¨no se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal no se adquiere¨. Para Mac Arthur, enfatiza que ¨no se envejece por haber vivido muchos años, se envejece por haber desertado de un ideal¨.

De ahí, la importancia de hacer una parada, cuando nos encontramos en el dilema de no saber a qué dirección debemos conducir nuestra existencia. Aquí, es necesario cuestionarnos a nosotros mismos, y romper con esos paradigmas que afectan el interior y exterior de nuestro ser; y que muchas veces impiden que caminemos seguros hacia la conquista de ese ideal anhelado.

Duarte, a pesar de ser muy joven, esto no fue obstáculo, para hacerle perder el rumbo en procura de su ideal. Su espíritu sin doblez, de luchar por sus sueños más allá de toda adversidad, su firme convicción basada en valores, su coherencia y persistencia hasta obtener lo que buscaba, su marcada humildad y su belleza interior colmada de amor; son cualidades que se evidencian en los grandes sacrificios que hizo por su amada patria, dándolo todo por un ideal de independencia.

Entonces, podemos decir que, con su ejemplo de vida, Duarte nos enseña en la actualidad, a no ser de aquella generación que esconde la cabeza en la arena, mientras todo arde en nuestro derredor por la injusticia, la desigualdad, la falsa autenticidad, la violencia y la corrupción. Que no sea una amenaza sino más bien una esperanza constante.

El legado de Duarte, insiste en no ser parte de esa juventud que esconde la cabeza ante tantos desafíos o retos que afronta la sociedad; que actúe sin fuerza de carácter para descubrir la verdad, que se cansa de tanto aburrirse, que deja a la deriva del camino al que sufre, que se pierda en las quimeras de la deshumanización y en la banalización del sentido de la vida, que no se capacite por el libertinaje y el pesimismo, que no profana su propia dignidad por decisiones sin juicios.

El ideario del patricio, insta a forjar una juventud con pasión y determinación, que sean esa gota de agua, que marque la diferencia en el gran océano de la vida. Que estén a la vanguardia de las causas justas. Que realicen esas tareas que dan sentido a cada minuto y suspiro de la vida; que por más sencillas o pequeñas que sean las cosas, les haga trascender en la profundidad de su existencia.

Que escojan y se decidan por el ideal mejor; que sea un bien que les haga sentirse más realizados como personas. Que luchen por la defensa humana, evitando siempre perder la capacidad de asombro, esa cuya pérdida hace languidecer la sensibilidad social. Que no se dejen nublar sus pensamientos, creatividad o ingenio, por sustancias psicoactivas o placeres exiguos que pululan a diestra y siniestra, en toda sociedad que camina hacia el abismo de la zombificación.

En definitiva, sueño junto Martin Luther King, en despertar una juventud con un auténtico ideal de esperanza que transforme y anime la construcción de una mejor humanidad basada en la supremacía del bien. A propósito de esto último, el Dr. King nos deja esta frase: “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.”


ANGEL GOMERA 

jueves, 11 de enero de 2024

Los teteos y la cultura de violencia

 


Los teteos y la cultura de violencia

La fiesta a lo largo de la historia, ha constituido una forma de romper con la rutina diaria; en ese sentido se organizan actos sociales cuyo centro, es reflejar un momento en donde la alegría se comparte; divertirse de manera colectiva o celebrar algún acontecimiento especial de la vida. Se ha de suponer que ese tiempo de festejo, hace relajar de la tensión del trabajo o de la cotidianidad; sirve como punto de encuentro; se aprovecha para socializar, es decir que se genera la posibilidad de conocer personas y establecer nuevas relaciones de amistad.

En ese orden el polímata Jean-Jacques Rousseau manifiesta que ¨la fiesta conviene a los pueblos en una República, como un medio para organizar una especie de asamblea creando entre sus miembros agradables lazos de placer y de felicidad que los puede mantener unidos como comunidad. ¨

En nuestro país en la actualidad, se ha adoptado por jóvenes, adolescentes, y también ciertos adultos, unas nuevas formas de diversión, ¨de pasarla bien¨, ¨de vacilar¨ denominadas en la jerga urbana ¨teteos¨. Estos se están expandiendo por las diferentes comunidades, en donde estos grupos sociales se reúnen en espacios de las vías públicas, para disfrutar por largas horas, casi siempre en horario nocturno.

Los que acuden, dicen sentirse ¨libres¨, y son arrastrados por un colectivo social que lamentablemente ejercen influencia en ellos. Estos se sienten que están rompiendo con algo, están innovando o siendo creativos, están marcando la diferencia, sin importar las consecuencias de sus actos. Su fin es darle prioridad a la fama, al goce intenso, a la notoriedad sobre la empatía, la solidaridad y el buen vivir.

El problema de estos ¨juntes¨ llamados ¨teteos¨, es que en vez de constituirse en manifestaciones para la sana recreación o fomentar una cultura de cohesión social, se están convirtiendo en monumentos de una conflictividad peligrosa. Esto tiende como fenómeno a alimentar la cultura de la violencia; ya que, de manera natural, se van validando o normalizando comportamientos que en nada contribuyen con la convivencia pacífica y la seguridad ciudadana.

Por lo tanto, estos ¨teteos¨ están distorsionando y viciando el sentido de la fiesta, desde su significado, originalidad e identidad más profunda. Estos escenarios reproducen el desasosiego e intranquilidad, aniquilando todo vestigio de la paz social que debe reinar en cualquier contexto social. Es que toda fiesta debe vincularse a la paz; y la paz a la armonía de las relaciones humanas y al respeto a los demás. Mientras no haya paz, la fiesta pierde el sentido; sería participar de un festejo con una alegría muerta, por más música que suene.

En los ¨teteos¨, por lo visto, ante tantos sucesos trágicos que genera, el respeto a la vida humana no goza de ningún valor, se disipa entre esa horda que actúan como zombis enajenados por el placer extremo.

Allí, se le rinde culto al ¨dios¨ consumo, donde los excesos estremecen la dignidad humana y el ejercicio de una verdadera libertad. El abuso de bebidas alcohólicas o de drogas, no importando el rango de edad, es de preocupante incidencia y está trayendo consecuencias muy graves.  La promiscuidad y el erotismo, se pasea galopante, incentivando al embarazo a temprana edad en medio de aquellos jolgorios.

Asimismo, no se aplican ningún tipo de reglas e impera una atmósfera asfixiante de ruidos, música con letras tóxicas, suciedad, por la basura que dejan en el lugar y muchos traumas para los vecinos, por la zozobra que crea; entre otras crudas realidades.

Por lo que esta manera de festejar o divertirse mal aprovechada y barnizada de esos ingredientes negativos, crea ciertas parálisis a una sociedad, la hace retroceder y sobre todo va degradando la persona en su propia dignidad.

Ante esa realidad, la indiferencia no es consejera ni es solución; Beltolt Brecht plantea que, ¨cuando el delito se multiplica, nadie quiere verlo¨. Aún como sociedad no se ha caído en ese umbral tenebroso, pero vale más prevenir que lamentar.

En definitiva, esta reflexión lejos de condenar o meramente juzgar, tiene como objetivo alertar, analizar y procurar que se le preste la debida atención como Estado, a estas manifestaciones sociales denominados ¨teteos¨; las cuales surgen fruto de una multiplicidad de factores, que subyacen dentro de una violencia estructural y cultural acumulada en el tiempo y sin respuesta efectiva.

 

ANGEL GOMERA 


martes, 2 de enero de 2024

Despertar el sentido de la honestidad

 


Despertar el sentido de la honestidad


En medio de un diálogo ameno y fraternal, me comenta un entrañable amigo que, compartiendo con su familia en una plaza conocida de la capital, olvidó su celular en el área destinada a la recreación en dicho lugar.

Al percatarse de que había dejado su móvil, regresó en su búsqueda; pero, lamentablemente el mismo había desaparecido. Recurrió entonces, al personal de seguridad y le contó lo sucedido, procediendo ellos a revisar las diferentes cámaras de vigilancia que cubren ese espacio; verificando las mismas, observaron que quienes tomaron el celular, cuidándose de que nadie lo note; fue una pareja de esposos que estaban acompañados de sus hijos pequeños; es decir andaban en familia.

Esos niños, con su inocencia a flor de piel y sus mentes de esponjas, fueron testigos del comportamiento cuestionable de sus progenitores; ellos me imagino, regresaron muy contentos y orondos a su hogar, luego de haberse llevado ese objeto de valor o “tremendo premio de la fortuna”.

Deduzco que aún, en presencia de sus infantes, se sentaron hablar de los posibles usos que le darán; sin ni siquiera detenerse a pensar de la horrible enseñanza y mal ejemplo que acabaron legar en sus hijos. Se olvidaron de esta frase de William Shakespeare, cuando se refiere a que: “ningún legado es tan rico como la honestidad”. Es que la forma más vigorosa e impactante para enseñar honestidad a los hijos es practicar con el ejemplo diario, con las lecciones que la vida va poniéndonos en el camino.

Pero, si desde la familia se falla en cultivar el ejercicio de la honestidad; entonces trágicamente se irá normalizando lo deshonesto en lo cotidiano, y esto contribuirá de manera notoria y peligrosa, en la progresiva degradación social y moral de una sociedad.

Planteamos lo anterior, porque es de mucha preocupación y tristeza observar, en nuestra ciudadanía, como ante un accidentado, en vez de brindarle auxilio, se le está saqueando de sus cosas; como el ejercicio de la posverdad agiganta sus pasos de manipulación en la opinión pública, distorsionando de manera confusa y deliberada la realidad. Como se ha perdido la capacidad de asombro ante el robo de una luz roja del semáforo; se invaden los terrenos que no son suyos, bajo una vana justificación “social”.

De igual manera, vemos cómo se está colando con cierta facilidad y permisividad, la cultura del engaño o las trampas en el entramado social. La mentira se tiene como un fin para obtener pingües beneficios y se encuentra por todas partes. Asimismo, se puede notar, cómo languidece la ética ante el ejercicio deplorable de muchas profesiones. Como se recurre al dopaje para alcanzar gloria en el Olimpo de alguna práctica deportiva.

Si para alcanzar más estatus social y económico, se debe evadir el fisco, se hace sin miramiento ninguno; en definitiva, esto se ve como una señal de “éxito y de ciertas habilidades”. Por igual, se destruye y aprovecha de manera desequilibrada, el medio ambiente y los recursos naturales, alegando un falso desarrollo que pone en jaque la vida del planeta.

Estos episodios y otros no mencionados en esta reflexión, nos debe movilizar a impulsar un despertar de la cultura de la honestidad en los diferentes escenarios de la vida humana; que es hacer de esta virtud un ejercicio que se cultive y se exija con devoción suprema. Es marcar tendencia en ser coherente con lo que piensa, teniendo un grado de autoconciencia significativo con sinceridad.  Es ser influencers de una verdad que se defienda sin tibieza, se promueva con valentía y se practique con perseverancia como un norte a seguir.

Despertar el sentido de la honestidad es darle supremacía al bien, en los distintos roles y realidades que nos toca vivir. Para ser efectivo ese despertar, debe nacer de una fidelidad consigo mismo, que no albergue intenciones ocultas y egocéntricas; que integre con buena voluntad y congruencia, el pensamiento, el sentimiento y la acción en hacer lo correcto; es decir, que lo que se piensa, se diga vaya en consonancia con lo que se haga. Entender que “lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad” (Séneca).

Mantener despierta la honestidad es una misión continua y humana.


ANGEL GOMERA

jueves, 2 de noviembre de 2023

Despertar la conciencia de los valores

 


Despertar la conciencia de los valores

El filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky en su obra publicada en el 1983, titulada: ¨La era del vacío¨, nos presenta una sociedad caracterizada por el debilitamiento de las costumbres, por la aparición del consumo de masas, con temas recurrentes como el narcisismo apático, el consumismo, el hiperindividualismo psicologista, la deserción de los valores tradicionales, entre otras realidades que describe en dicha obra.

Hacemos alusión a dicha obra, en razón de las preocupaciones serias que se vienen externando en la actualidad, por la deserción y pérdida progresiva de los valores en nuestra sociedad; en donde el sentido de la vida y la ética, se está banalizando por un relativismo tan confuso e indiferente.

Esa indiferencia de menosprecio o devaluación a los valores, puede coadyuvar a considerar de manera atrevida, que la virtud y la perversión, son cosas parecidas, o que da lo mismo hacer uso de una o la otra sin el más mínimo reparo. Lo peligroso de este tipo de comportamiento, es que siempre trata de justificar dicha confusión ¨no inocente del todo¨, bajo el alegato de estar obrando en el ejercicio de una llamada libertad; la cual resulta ser falsa de toda falsedad.

Con ese tipo de confusión y normalización del vicio en el tejido social, se destruye la superioridad del bien; y expone al mundo a estar patas hacia arriba, como muy bien lo plantea el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro: ¨La Escuela del mundo al revés¨.

Visto lo anterior, no podemos quedarnos varados en el pesimismo y las lamentaciones, ni tampoco permanecer anclados en nuestros propios conforts; porque esto nos conduciría al vacío y a una angustiosa deshumanización. Ante lo expresado anteriormente, cabe perfectamente la frase de Albert Einstein, cuando señala que ̈la vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa ¨.

¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante ésta pérdida progresiva de los valores?

Debemos entrar en una sincera reflexión, y asumir estas palabras del artista Joaquín Sabina, cuando ¨él dice tener ojos y oídos para ver lo que está pasando¨. Como sociedad, no podemos continuar invadidos por la irremediable cobardía de no abrir los ojos; ni tampoco cerrar nuestros oídos; y es que ¨no hay peor sordo que el que no quiere escuchar¨.

Precisamente, ante la indiferencia tan marcada en la humanidad, el Papa Pío XI, nos moviliza la conciencia cuando infiere que ¨el problema mayor de nuestro tiempo no son las fuerzas negativas, es la somnolencia de los buenos ¨.

En ese mismo orden, el escritor José Saramago en su ensayo sobre la ceguera, nos alerta sobre la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron. El asumir la responsabilidad de estar despiertos y activos contribuye a que mantengamos alejados de la sociedad los peligros o gérmenes corrosivos que contaminan la vida de las personas.

De ahí es que, resulta interesante y oportuno, apropiarnos de la fórmula sugestiva de Santa Catalina de Siena, cuando nos invita a: ̈Despertar el perro de la conciencia ̈. Ella indica con mucha claridad y precisión, que cada vez que abrimos el corazón a la voz de la conciencia, esta nos avisa de los peligros y nos estimula en el camino hacia el bien.

El despertar de los valores nos permite reconocer la fragilidad del mundo y actuar en consonancia para ayudar a transformarlo.

Para ser efectivos en el despertar de los valores, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos, buscando la manera más eficaz de superarlos, con acciones que nos lleven a mejorar todo aquello que afecta a nuestra persona y como consecuencia a nuestros semejantes, rectificando cada vez que nos equivocamos y cumpliendo con nuestro deber en las labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.

¡Desde la conciencia, propiciemos un despertar de los valores en nuestra sociedad!

 

ANGEL GOMERA

sábado, 21 de octubre de 2023

Feliz aniversario matrimonial 18




Deslumbra este dia, vestido elegantemente. En su rostro cubierto de luz, emana una amplia sonrisa de felicidad. Su corazón palpita agitadamente por emociones placenteras y tropicales. Es que el día se hace cómplice de celebrar 18 años de unión matrimonial;  de dos seres decididos amarse para toda la vida a pesar de las mareas altas y bajas; a pesar de ser dos corazones imperfectos, pero dispuestos a peregrinar debidamente en el camino de la perfección del amor. 


Podríamos decir que el tiempo vuela cuando estoy contigo, Rosalis, mi amor. Parece que fue ayer cuando nos casamos, y ya han pasado 18 años; en donde el mismo Dios, nos concedió la dicha celestial, de unir nuestras vidas con un toque de bendición eterna e inefable. 


Fue Dios quien selló nuestra unión y la ha mantenido bajo su autoría. Juntos en el amor, nos hemos convertido en una sola carne y hoy estamos celebrando esta gracia tan especial. ¡Feliz aniversario de boda, amor de mi vida!

Le pido al Altísimo, que te santifique todos los días de tu vida; que nos conceda salud, larga vida, una familia bendecida de generación en generación y que estemos juntos y muy felices. 


Feliz dieciocho (18) aniversario matrimonial. Te amo por y para siempre. 


Ángel Gomera

lunes, 25 de septiembre de 2023

Feliz cumpleaños Rosalis



Se levanta el alba con majestad, entre sonrisas y rosas perfumadas, entre luz y dulzura tropical, entre arroyos alegres y valles exuberantes.

Es que hoy es el cumpleaños de un ser tan lozano y maravilloso; con frescor eterno de primavera: ROSALIS.
Rosalis, eres una estrella con esplendor de bendición. Eres un refugio tierno, que cobijas en amor, abnegación, paz y felicidad a quienes te rodeamos. Privilegio y dicha, es estar a tu lado.

Le pido a Dios, que cada sendero, te conduzca a un hermoso mañana; que santifique tus anhelos para que se hagan realidad bajo la voluntad divina; que te conceda larga vida con mucha salud; que bendiga nuestro matrimonio y familia de manera perpetua.

Feliz cumpleaños, mi vida! con él mi regocijo
y mis votos más sinceros,
por tu dicha en el día de hoy y en los años venideros. Te amo por siempre y para siempre. ❤️❤️🎈 Rosalis Then de Gomera #RD #AngelGomera

sábado, 26 de agosto de 2023

Celebrando sus 74 años

 


Celebrando sus 74 años

Una alfombra de pétalos de amor cubre el Mar Caribe. Espumas de versos alegres se entremezclan con las olas tropicales, que bailan al compás de una gratitud perpetua. 

Allá en la orilla de la playa, las arenas se visten de un blanco resplandeciente de pureza, esperando el acostumbrado toque de la marea que, reflejando con denodada ilusión; entre vaivenes de idas y vueltas; entre brisa suave y palmeras; conjugan en complicidad, un espectáculo gozoso de inigualable belleza.

Las nubes sonríen y aplauden por tan maravilloso espectáculo; el sol brilla vestido de fiesta con toques especiales de bendición; las aves con pericias extraordinarias forman un gran corazón en el cielo; y las montañas agarradas de las manos con las llanuras escucha el acorde de felicidad tocado por los valles. 

Todo esto ocurre por ti Madre bendita; es que, tú cumpleaños 74 moviliza la naturaleza; pone a cantar las piedras del arroyo; le concede caudal rebosante a ríos sedientos, bajo el cortejo majestuoso de bosques sonrientes, vestidos con el impresionante verdor de la esperanza.

Asimismo, hace danzar los peces felices en el gran océano de los anhelos e ilusiones; les da vida y armonía a los arrecifes de coral, convirtiéndolos en eterna primavera con extraordinaria multiplicidad de colores; ahí, se aprovechan los caracoles frescos jugueteando con los hipocampos, en la platea del inmenso y hermoso mar azul. 

Y las gaviotas con sus esmóquines blancos, aletean sus alas en el viento; galanteando su mejor vuelo y salpicando la luna, con sus zambullidas afanosas, en aquel mar de la quietud.

Tú día de días, madre de luz; llena mi corazón de inspiración y poesía divina; me hace elevar cánticos de agradecimiento al Altísimo, por concederme la dicha excelsa de salir de tu vientre beato. Eres un ser que nunca se deja ganar en un amor sin límites, que sana con su sonrisa, miheroína santa.        

A Dios le pido que le santifique todos los días de su vida, me le conceda salud y larga vida. Que nos permita como familia y cómo hijo, prodigar en cada instante, sin la mínima fisura, de un amor gigantesco que la haga más feliz en cada instante y suspiro. Que me permita ser un digno hijo ante sus ojos dando testimonio de vida.

Sabes madre mía, que te amo inmensamente y con devoción, que hasta me quedé corto en lo que te escribí. 

 

Feliz cumpleaños, madre adorada y amada: cariñosamente Migdalia. 

Tú hijo 

Ángel Gomera

martes, 25 de julio de 2023

Hacia una sociedad Zombie. ¡Cuidado!

 


Hacia una sociedad Zombie. ¡Cuidado!

Hoy la sociedad está permeada de vivir en un mundo de apariencias o máscaras, en donde la simulación es siamesa de lo irreal; es decir, se vende lo que no se vive; lo mercurial desplaza la centralidad del ser humano; lo escandaloso y violento crea likes y tendencias; se procura visibilizar la intimidad para que otro por más extraño que sea, la valide; con la única pretensión de convertirse en ¨influencers¨ más allá de lo racional.

Este aparentar envuelto en ficción genera vacíos; por lo tanto, es un ejercicio peligroso de la posfelicidad; donde lo virtual o superficial desplaza a la realidad física; generando a su vez unas series de individuos autómatas, desgastados por un exhibicionismo egocentrista acentuado. Vale decir, viven nublados con una mente de deseos etéreos y un ego implacable, absorbido en su individualismo y barnizado por un relativismo tan confuso y oscuro.

En definitiva, en este tipo de sociedad, se cuida la carátula o exterior más que el interior; lo insustancial se coloca por encima de las ideas; se ejercita progresivamente la cultura de la inmediatez: el aquí, el ahora, lo fácil y la búsqueda de atajos sin escrúpulos para llegar a un fin, por encima del debido proceso; y, por lo tanto, se trata de normalizar los vicios, las mentiras, la corrupción y todas las actitudes espurias y abyectas.

Todo parece indicar, sin ser pesimista ni alarmista, que caminamos hacia una sociedad de zombies; controlados, deslumbrados y enceguecidos por una falsa libertad. En donde queremos hacer todo cuanto se nos antoje, sin importar cruzar límites, aunque esto conlleve nuestra propia destrucción.

Esa falsa libertad nos está llevando poco a poco a la deshumanización; creando unas series de seres crueles, capaces de perturbar el orden y armonía de la familia; y desmoronar de manera consciente e inconsciente, todas las herramientas de control, equilibrio, principios y valores en la sociedad. Su norte es legitimar e imponer por cualquier medio, sus oscuras pasiones y placeres de manera totalitaria.

En esa llamada sociedad zombi, se puede observar cómo ciertas personas, se están sintiendo cada vez más desorientadas e incapaces, de actuar de un modo racional dentro de su entorno. Sus miedos, estrés y ansiedades más profundas, quieren ahogarlas en alucinógenos y drogas disociativas. Se adentran de tal manera, que convierten su dignidad en un pútrido estado de descomposición.

Estas personas zombies dan la impresión de hallarse vagando sin rumbo, ni propósito; caminan como muertos vivientes, caracterizado por una indiferencia pasmosa; sin voluntad para hacer el bien, pero obsesivos furibundos hasta la inconsciencia más salvaje.

Su fin, subyace en diluir la frontera entre el bien y el mal. Se tropieza con tragedias, sin que estas se noten, fruto de una insensibilidad social espeluznante; ya que alimenta de la violencia, hacedora de pesadillas traumáticas y partera de desgracias. Su único propósito es sembrar sufrimiento y dolor. Su lugar predilecto es el cerebro, lo contagia, lo obnubila y lo utiliza como plataforma de propagación, ya que se alimenta de la baja inteligencia emocional.

En esa sociedad zombie se intenta empujar a la moral a un limbo o más bien al ocaso; ya que las maltrechas referencias gelatinosas y biografías escabrosas, gozan célebres.

La misma, es cómplice de la sociedad de la posverdad, la cual crea una metamorfosis extraña; lo que antes era vicio ahora es virtuoso. Lo absurdo e ilógico, se valida como norma. La perversidad y la violencia, se quiere visibilizar como una costumbre aceptada, porque se ancla en el todo depende.

¿Qué hacer para no sucumbir ante este escenario apocalíptico?

Es tiempo de despertar lo humano; es decir abrir el corazón y la mente, a la voz de la conciencia, para que nos avise de esos peligros y amenazas latentes; para que reconozcamos con valentía esas ¨ideologías¨ que procuran zombificar a la sociedad; y para que nos estimulemos unos a otros en revolucionar la superioridad del bien, la belleza y la verdad.

Es tiempo de volver al arte del buen vivir; de comprometernos con el ejemplo, a mantener alejados de la sociedad esos gérmenes corrosivos que contaminan la vida de las personas.

Es tiempo de edificar un mundo maravilloso, pintando con los colores de la compasión cada rostro cubierto de sufrimiento. Hacer florecer la sonrisa de la esperanza, más allá de las oscuridades que siembran confusión y dolor. Provocar la bondad más allá de las murallas del corazón.

Finalmente, es tiempo de generar conciencia y respeto por la vida, para así, discernir con madurez, cada proceder y pensar; abrevando con raciocinio en el manantial de la prudencia, la justicia y el amor. Fomentando lo sensato, la cordura y la paz en cada acto; evitando siempre menospreciar y dañar a los demás. En definitiva, hacer un buen uso de la libertad sin que sea afectada por el desenfreno y la soberbia.

Angel Gomera


martes, 27 de junio de 2023

Democratizar la mediación como política pública

 


Democratizar la mediación como política pública.

Entiendo que existe en la República Dominicana, un anhelo creciente de trabajar por una efectiva convivencia pacífica, dado el incremento alarmante de situaciones o controversias que, en muchos casos por cuestiones menores no atendidas oportunamente, se están convirtiendo en sucesos trágicos y lamentables.

Dicho lo anterior, en el caso dominicano y en otros países latinoamericanos, podemos observar el desborde que han venido experimentando, los esquemas tradicionales del sistema de justicia o las estructuras del Estado para poder dirimir ese aumento progresivo en la conflictividad; que obedece a unas series de múltiples factores socioculturales, estructurales, de comportamientos; entre otras causas.

Concibo que nuestra misión de Estado, es la de proporcionar soluciones institucionales a las partes en conflictos para alcanzar una vida en paz y armonía como ciudadanía; evitando a cada quien, tomar acciones para hacerse justicia por su propio medio o la venganza privada. Por lo tanto, la tarea de dar respuesta efectiva y participación a las comunidades con sus expresiones organizadas, debe ser una prioridad mayúscula.

En este sentido y por lo antes expresado, es que se hace perentorio e inaplazable la mayor expansión y consolidación de los métodos alternos de resolución de conflictos, particularmente la mediación, en todo el territorio nacional, para todos aquellos casos que lo ameriten de acuerdo a la norma.

Esto así, para contribuir a la descongestión de los tribunales con asuntos o disputas que puedan alcanzar una solución sin necesidad de ser judicializados. Por lo que esto, ayudará a ir desplazando la cultura del litigio ante situaciones que, por su naturaleza, es posible otro tipo de abordaje y por tanto de una solución favorable a las partes en disputas.

En el entendido que la mediación suele ser un catalizador idóneo y democrático, para que el acceso efectivo a la justicia sea una realidad. Proponemos pues, las siguientes sugerencias, para ser analizadas y puesta en marcha como políticas públicas en la nación dominicana:  

Procurar la aprobación de normativas legales especializadas en resolución de conflictos (Ley General de Mediación y Conciliación de Conflictos) en el país. La mediación es una expresión democrática y oportuna de la justicia, pues en ella las personas participan directamente en la construcción de soluciones a sus conflictos.

Insertar los mecanismos alternos de resolución de conflictos en materia de condominios. Es decir, promover y fortalecer la mediación en el ámbito comunitario, escolar, familiar, juvenil, ambiental, penitenciario, entre otras realidades de socialización.

Establecer marco procedimental para la regulación, ejecución y aplicación de los métodos alternos de resolución de conflictos, a través de la implementación de protocolos, procedimientos, reglamentos, resoluciones, código de ética, criterios de calidad y normativa de habilitación y certificación.

Proveer la habilitación de Espacios de Mediación de Conflictos en todas las fiscalías barriales, donde podamos atender de manera oportuna los casos que, aunque no están tipificados dentro de las infracciones penales se puedan derivar en ello. Así como, también promover centros de mediación comunitarios, a través del Ministerio de Interior y Policía, a fin de coadyuvar con la seguridad ciudadana y una cultura de paz.

Fomentar la habilitación de espacios de Resolución de Conflictos en las estructuras municipales (Alcaldías y Juntas de Distritos Municipales), a fin de contribuir con la preservación de la convivencia pacífica; garantizando así, decisiones más democráticas, participativas e inclusivas en el orden local.

Incluir dentro de la carrera laboral de los operadores y administradores de justicia, la figura del mediador de conflictos como tercero neutral y auxiliar del Ministerio Público; función esta, que sea ejercida por personas que cumplan con el perfil y las competencias requeridas.

Desarrollar sistemas de registros, monitoreo y análisis de las situaciones de violencia y el nivel de conflictividad en los diferentes ámbitos de socialización. Aquí cabe plantear la creación de un Observatorio Nacional de la Violencia y los Conflictos.

En definitiva, urge impulsar el fortalecimiento de la mediación como política pública por parte del Estado dominicano, para que las partes en conflicto puedan dialogar y generar soluciones a conflictos, que pueden derivar por el uso irracional de la violencia en situaciones funestas.

Por tanto, es necesario intensificar los procesos de formación y capacitación en todos los ámbitos de socialización, sobre los beneficios de la mediación como solución alternativa idónea ante los conflictos; analizando a su vez, sobre el impacto que ésta genera en la sociedad.

Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo. (Albert Camus)

 

ÁNGEL GOMERA

Entiendo que existe en la República Dominicana, un anhelo creciente de trabajar por una efectiva convivencia pacífica, dado el incremento alarmante de situaciones o controversias que, en muchos casos por cuestiones menores no atendidas oportunamente, se están convirtiendo en sucesos trágicos y lamentables.

Dicho lo anterior, en el caso dominicano y en otros países latinoamericanos, podemos observar el desborde que han venido experimentando, los esquemas tradicionales del sistema de justicia o las estructuras del Estado para poder dirimir ese aumento progresivo en la conflictividad; que obedece a unas series de múltiples factores socioculturales, estructurales, de comportamientos; entre otras causas.

Concibo que nuestra misión de Estado, es la de proporcionar soluciones institucionales a las partes en conflictos para alcanzar una vida en paz y armonía como ciudadanía; evitando a cada quien, tomar acciones para hacerse justicia por su propio medio o la venganza privada. Por lo tanto, la tarea de dar respuesta efectiva y participación a las comunidades con sus expresiones organizadas, debe ser una prioridad mayúscula.

En este sentido y por lo antes expresado, es que se hace perentorio e inaplazable la mayor expansión y consolidación de los métodos alternos de resolución de conflictos, particularmente la mediación, en todo el territorio nacional, para todos aquellos casos que lo ameriten de acuerdo a la norma.

Esto así, para contribuir a la descongestión de los tribunales con asuntos o disputas que puedan alcanzar una solución sin necesidad de ser judicializados. Por lo que esto, ayudará a ir desplazando la cultura del litigio ante situaciones que, por su naturaleza, es posible otro tipo de abordaje y por tanto de una solución favorable a las partes en disputas.

En el entendido que la mediación suele ser un catalizador idóneo y democrático, para que el acceso efectivo a la justicia sea una realidad. Proponemos pues, las siguientes sugerencias, para ser analizadas y puesta en marcha como políticas públicas en la nación dominicana:  

Procurar la aprobación de normativas legales especializadas en resolución de conflictos (Ley General de Mediación y Conciliación de Conflictos) en el país. La mediación es una expresión democrática y oportuna de la justicia, pues en ella las personas participan directamente en la construcción de soluciones a sus conflictos.

Insertar los mecanismos alternos de resolución de conflictos en materia de condominios. Es decir, promover y fortalecer la mediación en el ámbito comunitario, escolar, familiar, juvenil, ambiental, penitenciario, entre otras realidades de socialización.

Establecer marco procedimental para la regulación, ejecución y aplicación de los métodos alternos de resolución de conflictos, a través de la implementación de protocolos, procedimientos, reglamentos, resoluciones, código de ética, criterios de calidad y normativa de habilitación y certificación.

Proveer la habilitación de Espacios de Mediación de Conflictos en todas las fiscalías barriales, donde podamos atender de manera oportuna los casos que, aunque no están tipificados dentro de las infracciones penales se puedan derivar en ello. Así como, también promover centros de mediación comunitarios, a través del Ministerio de Interior y Policía, a fin de coadyuvar con la seguridad ciudadana y una cultura de paz.

Fomentar la habilitación de espacios de Resolución de Conflictos en las estructuras municipales (Alcaldías y Juntas de Distritos Municipales), a fin de contribuir con la preservación de la convivencia pacífica; garantizando así, decisiones más democráticas, participativas e inclusivas en el orden local.

Incluir dentro de la carrera laboral de los operadores y administradores de justicia, la figura del mediador de conflictos como tercero neutral y auxiliar del Ministerio Público; función esta, que sea ejercida por personas que cumplan con el perfil y las competencias requeridas.

Desarrollar sistemas de registros, monitoreo y análisis de las situaciones de violencia y el nivel de conflictividad en los diferentes ámbitos de socialización. Aquí cabe plantear la creación de un Observatorio Nacional de la Violencia y los Conflictos.

En definitiva, urge impulsar el fortalecimiento de la mediación como política pública por parte del Estado dominicano, para que las partes en conflicto puedan dialogar y generar soluciones a conflictos, que pueden derivar por el uso irracional de la violencia en situaciones funestas.

Por tanto, es necesario intensificar los procesos de formación y capacitación en todos los ámbitos de socialización, sobre los beneficios de la mediación como solución alternativa idónea ante los conflictos; analizando a su vez, sobre el impacto que ésta genera en la sociedad.

Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo. (Albert Camus)

 

ÁNGEL GOMERA